Comer todos los vegetales no es solo el regaño eterno que nos hacían nuestras madres a la hora de sentarnos a la mesa. Está más que comprobado que tienen muchas propiedades que son beneficiosas, y en algunos casos fundamentales, para nuestra salud. ¿Pero sabías que de acuerdo al color del vegetal estas propiedades pueden variar?.
Por ejemplo, los vegetales de color verde (acelga, lechuga, alcachofa, guisantes) contienen luteína, un antioxidante que contribuye a una buena visión, así como potasio, vitaminas C y K y ácido fólico; mientras que los rojos contienen sustancias que mejoran la salud del corazón y disminuyen el riesgo de algunos tipos de cáncer, el tomate y el rábano son los principales exponentes de este grupo.
El repollo o col morada, la berenjena, la remolacha y otros vegetales morados ayudan a combatir el envejecimiento, disminuyen el riesgo de cáncer y preservan la memoria. Si te preguntas por las tonalidades amarillas y naranjas, son ricas en beta-caroteno y vitamina C, siempre recomendadas para una buena visión, una piel sana y reforzar el sistema inmunológica.
Finalmente, los vegetales blancos tienen impacto en los niveles de colesterol y en la presión arterial, además de ayudar con la prevención de la diabetes, gracias a su alto contenido de fitoquímicos y potasio.
Combinar cinco vegetales al día es la recomendación más extendida, pero también variará de acuerdo a las necesidades de cada persona. Incluir vegetales en tu dieta no debe ser traumático ni una tarea compleja, ya que existen cientos de formas de prepararlos: Batidos, sopas, cremas, ensaladas, como acompañante o guarniciones, al horno, gratinados, juntos, separados… Un sinfín de posibilidades.