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lunes, 17 de febrero de 2014

John Travolta perdió las ganas de vivir cuando murió su hijo.

Tras el fallecimiento de su hijo Jett en enero de 2009 -murió al sufrir un fuerte ataque convulsivo en su residencia de Los Ángeles-, el actor John Travolta perdió el interés por la vida y tuvo que esforzarse día y noche para poder superar el suceso.

"La verdad es que ni siquiera yo sé cómo conseguí recuperarme. La vida no me importaba en absoluto después de la muerte de mi hijo. Me llevó meses levantar el ánimo. Ha sido con diferencia la peor experiencia de toda mi vida", confesó el intérprete en conversación con el crítico de cine Barry Norman durante el evento 'Una conversación con John Travolta', el domingo 16 de febrero en el Teatro Real Drury Lane (Londres).
De hecho, la estrella de Hollywood tuvo que recurrir a las prácticas de la cienciología -organización cuyos métodos de rehabilitación espiritual consisten en revivir hechos o experiencias traumáticas- durante casi dos años para poder reponerse.
"Siempre voy a estar agradecido a la Iglesia de la Cienciología por apoyarme durante dos años y mantenerme en pie. Me ayudaban todos los días de la semana, sin ningún día de descanso. Probaban diferentes técnicas para que pudiera superar mi situación y, al menos, tratar de vivir el día a día", añadió.

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