Todos conocemos a alguien que desconoce el sacrificio que implica hacer una dieta y someterse a un régimen de ejercicios, que come lo que quiera y nunca aumenta de peso. Los eternos flacos, personas que además de despertar nuestra envidia, hacen que nos preguntemos : “¿A dónde se le va la comida?”.
Un estudio se hizo la misma pregunta y la respuesta parece ser cualquier cosa menos alentadora. Según explica el doctor en medicina y editor de bienestar del portal Youbeauty, Bet Ricanati, aunque asociamos el fenómeno de los “eternos flacos” con metabolismos muy rápidos, predisposición genética y suerte, estos individuos padecen “obesidad con peso normal”, aún siendo muy delgados, poseen un alto porcentaje de grasa en el organismo y pueden desarrollar los mismos problemas de salud que un obeso: diabetes tipo 2, presión arterial alta, colesterol elevado y desorden en los niveles de azúcar en la sangre.
“Yo veo a esta gente todo el tiempo. En el exterior se ven increíblemente saludables, pero por dentro son un desastre”, afirma Daniel Neides, director médico del Instituto de Bienestar del Cleveland Clinic a revista Time.
Estas personas por lo general se caracterizan por no comer muchas verduras, consumir alimentos grasos y calóricos y hacer poco o nada de ejercicio. Una combinación mortal.
¿Cómo saber si padezco de “obesidad con peso normal” o alguien cercano la tiene?
No confíes en tu IMC: El Índice de Masa Corporal es una medida de carácter general que tiene en cuenta la relación entre el peso y la altura. Sin embargo, no considera el porcentaje de grasa, que es determinante para saber si estás en buen estado de salud. Además, el IMC no es infalible, porque una persona musculosa o de huesos grandes, puede ser considerada con “sobrepeso” por obtener un alto IMC, pese a no tener altos niveles de grasa.
Hazte exámenes: “Las mediciones de grasa corporal, así como los análisis de sangre, tales como, proteína C reactiva, niveles de lípidos (colesterol) y niveles de glucosa (azúcar), pueden determinar si realmente eres delgado en el exterior, pero gordo en el interior”, señala Ricanati. Además, si tienes antecedentes familiares de presión arterial alta, colesterol elevado, diabetes o hígado graso, deberías someterte regularmente a exámenes sin importar tu peso.
Revisa tu estilo de vida: Analiza tus hábitos y autoevalúate en forma honesta. Si consumes demasiada azúcar, no haces ejercicio, fumas, y no comes a las horas, estás en mayor riesgo y debes darle un giro saludable a tu vida.
Fuente: ErikaTipoWeb.com
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