Por esa razón, Google empezó a trabajar en una solución empleando otro paradigma: el uso de las lágrimas como otro fluido corporal del cual se pudiese obtener el índice de glucosa en la sangre. A través de Google[x] -el laboratorio de experimentos de Google-, desarrollaron una lentilla capaz de realizar esta tarea.
Como tantas tecnologías experimentales, se encuentra en una etapa temprana de desarrollo. Google se encuentra haciendo varias investigaciones clínicas para refinar este prototipo. Así mismo, han entablado charlas con la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) y con otras empresas privadas para poder poner este aparato en el mercado.
Sin duda, una de las mejores iniciativas que ha tenido Google en un buen tiempo: una que ataca a un problema de salud mundial y que podría mejorar significativamente la calidad de vida de muchas personas. Enhorabuena y que este proyecto pronto llegue a ser una realidad concreta.
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