Los investigadores analizaron a un total de 23 voluntarios sanos durante un mes, que consumieron unos 500 gramos de fresas en su dieta diaria.
El estudio ha revelado que los niveles de lipoproteínas de baja densidad y los triglicéridos se redujeron en un 8,78% y en un 20,80% respectivamente. En otras palabras, el colesterol malo se reduce, mientras que el bueno se mantiene sin cambios.
Pero aquí no termina todo, porque el consumo de fresas en nuestra dieta diaria también mejora la presencia de lípidos en el plasma, las defensas antihemolíticas y la función plaquetaria, además de los biomarcadores antioxidantes. En otras palabras, las fresas aumentan la función antioxidante del flujo sanguíneo.
Por si fuera poco, también reducen los daños producidos por el alcohol y protegen de la radiación ultravioleta. Así que sobran los motivos para incorporar a nuestra dieta esta deliciosa fruta.
Un alimento cardioprotector que ayuda a reducir los niveles de colesterol malo y triglicéridos, consumiendo en un mes medio kilo de fresas.
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